


Antes de llevarle el perro de regalo a mi hija, por ser el día de su cumpleaños, le pregunté a la señora que criaba los cachorros si el animal tenía alguna preferencia especial en materia de aquello que más le gustara.
No malgasten su esfuerzo, escuerzos, mastuerzos, burros con almuerzo, me río y me retuerzo, todos los derechos los tuerzo; asalariados del Infierno, al país le importan un cuerno …

Pequeño cuento, muy poco de terror, en un solo y breve acto … menos mal!