
Augusto, a gusto en Agosto (que todavía no se llamaba como tal sino Sextil, y de eso se trata esa historia), se regodeaba en su reclinatorio en el Palacio Palatino, refrescándose sus imperiales gónadas con hojas de palma que batían esclavos y esclavas númidas (por las dudas, nunca se supo bien para que lado pateaba el tal Octavio Augusto).


Estaba en el entierro de una persona, al parecer había fallecido de causas naturales, el cuerpo estaba tendido sobre el ataúd de madera color negro, lo habían vestido con un traje

El burlón, bromista, el “enganchador”, el que goza metiéndole una mentira a “x” hasta que “x” se avive y se de cuenta que eso es imposible y todos se maten de risa … los que ejercen la tomadura de pelo como vocación ….