Que ingería cianuro en pequeñas dosis diarias, desde adolescente, por eso no moría envenenado, que dormía sobre cloques de hielo para no congelarse. que podía mantenerse más de tres minutos bajo el agua por lo que no se le podía ahogar …
La sociedad, la nuestra, está enferma, no de muerte, pero enferma; la mayoría de las personas jóvenes y no tan jóvenes con las que he hablado últimamente parecen haber renunciado a la vida.