Mis queridas y muy emperifolladas señoras, mis queridas amigas que asisten a cuanta recepción les sea posible, más por ser vistas que por el deseo de asistir a estas reuniones.
Aunque no parezca cierto, era una pregunta recurrente de cada uno de mis hijos en sus tiernas edades, cuando sus mentes cándidas no alcanzaban a discernir la verdad, entre toda la fantasía que rodea a la Navidad.
Te extraño, extraño tu presencia
y aprendo objetivamente
a detestar tu ausencia
El asunto es sencillo, pensamos naufragios, nos imaginamos el “Titanic” con Rose sobreviviendo mientras Jack se convierte en témpano y ya está … creemos que ya lo vimos todo.
El líder mundial, después de una jornada agotadora, en la que había decidido la invasión armada de dos naciones (una latinoamericana y una africana, en nombre, por supuesto de la democracia), luego de derrocar a un dictador en Asia y aumentar los intereses moratorios de la deuda externa a niveles de ahogo, para recuperar el déficit fiscal, como a eso de las ocho treinta de la noche, se retiró a su recámara de descanso.
Ha llegado el momento donde mi sonrisa se perdió en la costumbre
y en el profundo silencio, se fue acomodando el desencanto