Apreciado Santo Padre:
Ha llegado el momento donde mi sonrisa se perdió en la costumbre
y en el profundo silencio, se fue acomodando el desencanto
Félix, amigo de años, se me acercó en la pequeña reunión de amigos que se había organizado en mi apartamento con motivo de mis 42 años, y me entregó un paquete pequeño en papel metálico …
La tremolina armada por el “sonado” caso del obsequio de la cafetera a la Delegación de la PNC de Soyapango, por parte de nuestro Presidente (10 000 policías mal apertrechados más 5000 soldados contra un ejército organizado de 70 000 pandilleros, deja bien claro que el asunto no se soluciona con una cafetera)
Tan preciso y silencioso,
como cautivante seductor,
apareciste un día,
en mi campo visual.