Tengo miedo de los monstruos
los que habitan mi cabeza
se trasladan a la tuya …
Yo debía tener, a lo sumo diez años, pequeño inquisidor, curioso investigador de cualquier cosa que surgiera, en aquellos veranos eternos, cuando todos los primos, en vacaciones escolares, éramos mandados al campo para “endurecer nuestro carácter”.
En aquellos dorados sesentas, cuando la TV todavía era un elemento selectivo, lejos del alcance de nuestros confines proletarios, barrios obreros de mucha gente y pocas esperanzas, donde los sueños siempre quedaban postergados para fin de mes y de ahí para nunca ...
“La nalga, ocupa el 11% del volumen corporal en mujeres, un poco menos en hombres, pero como nunca las vemos de frente, solemos darles la espalda, por eso los demás observan nuestras nalgas, porque pueden verlas de frente.” (Filósofo usuluteco anónimo)
Al cambiar la página
la escena se desvanece
se pierde
se disuelve
hace un “fade” a azul.
Yo soy un amante de la femineidad, o sea, de todos aquellos rasgos, gestos, voces, actitudes, que hacen de la mujer, mujer…. Esos rasgos están presentes en todas las mujeres, desde la más bella hasta la menos agraciada, y me encanta…como hombre me encanta.
A veces me pongo a pensar mujer, que en mi vida tú no fuiste más que un Zeppelín.
Digo, por las circunstancias, pasadas y actuales, un zeppelín, de los que antes pasaban por sobre las ciudades y toda la gente salía a mirar, y que si hoy pasaran, también todos saldríamos a ver ... un zeppelín ... raros, escasos, pocos, infortunados o llenos de fortuna, no se ...
El problema nuestro no es ser poco fanáticos de lo hecho en casa, el problema es que somos terriblemente “exitistas” con lo que hacemos en casa … dicho en náhuat – pipil: si el Barcelona empata de local:“no hay problema, ya vamos a ganar en el de vuelta”, pero cuando pierden el de vuelta, “no hay problema, lo que importa es la Liga” …
Sales de tu casa, caminando …rumbo al trabajo, queda ahí nomás, diez cuadras y es bueno caminar … sientes que todas las jóvenes universitarias … te observan, te escrutan, te miran …
Porque somos, hemos sido y seguiremos siendo malinchistas desde el momento que Cristóbal Colón hincó rodilla en tierra americana y empezó a cambiar oro por espejitos, hasta el día de hoy que quienes nos cambian oro por plástico, son las grandes transnacionales financieras mundiales, todas con sus filiales en El Salvador, a menos cabo de los dos últimos bancos (aun salvadoreños) que respiran en medio de esa vorágine.