Allá por finales de los 80´s, nuestros principales periódicos publicaban las ofertas sexuales en los anuncios clasificados, de hecho algún periódico aun lo hace, pero después vinieron las famosas “sex phone boxes” , que te ofrecía colgarte al teléfono con una fulana (que debía tener bigote, 190 libras y 72 años … pero con una voz muy sensual) que te hacía la fantasía al fono mientras atendía a 37 tipos más … frustrante.
Creo que las noches frías traen consigo caricias de melancolía, que el masoquismo es una prueba de amor sincero, que no hay propuestas decentes en una mirada indecorosa, que el olvido es una excusa que no existe. Creo en el dialecto de las miradas, en los poetas sin musas, en los “para siempre” aunque siempre terminen. Creo que las manos tienen su lenguaje en las caricias, que la luz roja del semáforo está diseñada exclusivamente para besar a la persona que amamos, que no hay abrazo de despedida que no se lleven un poquito de uno.
No que eran John, Paul, George y Ringo y paremos de contar ?
Pues si, si queremos verlo en valores absolutos … sí, pero en algunos momentos de la historia de “The Beatles”, fueron necesarios (de una u otra manera) algunos músicos para echar la mano, en diferentes circunstancias.
Se ha comenzado a hablar últimamente del Príncipe John (uno de los misterios más grandes pero menos “sonados” de la Corona Británica) , ya que nuevas pruebas de su existencia se han comenzado a conocer …
Paso al último de mis relatos olímpicos, y cierro mucho las fauces hasta Tokio 2020, y lo hago con uno de los relatos más impresionantes y no resueltos de la historia de los Juegos Olímpicos.
Hace unas semanas. historiadores en Dinamarca anunciaron que habían descubierto la evidencia más antigua de personas que adoraban al dios nórdico de la guerra y la muerte, Odín.
Junto al retrato de Odín había un pequeño signo parecido a una esvástica, que alguna vez significó paz, riqueza y fortuna.