Eres tu, esa silaba perfecta cuando te acercas.
Rapido llegas a la pentasilaba donde me encantas y me descubres.
Tu y tus armas en perfecta combinacion , con estrategia de pasion natural haces todo para que vaya
cayendo una vez mas entre tus manos,
rendida en voluntad, desesperada de deseos ante ti, dejandome llevar con el ritmo de tus tretas, envueltas en caricias y locura de besos.
Ya me pasé la madrugada pensándote, reviviendo tus besos en mi piel, ya me pasé un buen rato cerrando mis ojos y encontrando la imagen perfecta , de ti en mí. Y yo en ti.
Tu mi hombre real de sueños húmedos. Sol cálido de mis días fríos y realidades de fantasía interminables.
Por donde vayas, sabés que te miran, yo te miro, y sabés perfectamente que te estoy mirando, porque me miras mirándote, y yo te miro mirándome mirarte … es usual no ? Para ti es un acto de rutina, para mí, me levanta el día, es el highlight de este jueves intrascendente.
Este próximo lunes, se cumplirán 40 años, 30 marzo de 1980, de un suceso que como todos los actos trascendentales de la Historia de nuestro país, todo gran acontecimiento, se habla mucho … pero nadie logró resolver o aclarar nada.
Porque no tuvo nada que ver el fútbol, y menos aún duró cien horas, muchos conflictos armados han tenido poco sentido, pero nuestra guerra de 1969 con Honduras, tuvo aún menos.
(Este post fue publicado por El Diario de Hoy en el año 2000, cuando se estrenó Gladiador, me indignó tanta metida de pata. 20 años después se ha vuelto a proyectar la película en TV y un documental “The making of …”, sigo indignado y añado observaciones al 2020).