Ernesto la vio de lejos, tomando un café, sola … Ernesto tenía algo de tiempo, y la actitud de ella, sola en el Coffee Cup, denotaba una de dos: o esperaba a alguien, o no esperaba a nadie y ese nadie podía ser él.
El estudiantado de los setentas, en toda América Latina, estaba en ebullición, era revolucionario por imitación y en pocos casos por convicción, prueba de ello es que pocos de sus líderes pasaron a planos mayores.
Siempre era igual, la misma cantarinela al comenzar el año escolar, todos los alumnos mal portados, buscapleitos, lenguas largas, mechas cortas, ladronzuelos rapaces … iban a parar a la clase de Seño´ Probidad.
“Los que nunca nadie sabe, de donde son …” (Roque Dalton).
Como se te ocurre pensar que a pesar de haber sido abandonado en las más abyectas condiciones de rechazo y desprecio, de portazo y “ahí nos vemos”, de “me voy” y “no me busques”, todavía quiero algo de vos ?
Te envío este escrito vía correo, confiado en lo que mi abuela dice ..”este servicio de correo es un infierno” y consciente que debes estar en el infierno, porque San Pedro debe haber tenido sus serias reservas de aceptarte en el Paraíso … ahí te va a llegar.