Paso al último de mis relatos olímpicos, y cierro mucho las fauces hasta Tokio 2020, y lo hago con uno de los relatos más impresionantes y no resueltos de la historia de los Juegos Olímpicos.
Esto del olimpismo, está lleno de rincones, vericuetos, suspensiones por motivos políticos (la Olimpíada de Berlín 1916 no se realizó por la 1ª Guerra Mundial) y otros …
Un día observando por la ventana notó varias estructuras de hierro en color rojo y blanco, parecieran árboles multiplicándose a corta distancia, es una invasión de estructuras de metal muy altas; le pareció extraño, ahora dichas estructuras se combinaban con el paisaje o mejor dicho pasaban a formar parte del paisaje pero de una manera rápida e impuesta, no se adaptaban a las normas de proyección de la ciudad, aparecían y crecían a diario, las estructuras se adaptaban con el cotidiano vivir de las personas.
Déjenme compartir mi tristeza: estoy deprimido, estoy acabado. Mientras todos especulan cuál va a ser el destino que le corresponda e El Salvador, ahora que el Profe asuma el 1 de junio … mi preocupación es otra ….
Controversial como solo ella puede serlo, Mafalda tiene que encarar una nueva realidad, ahora, a sus 57 años, esta niña ha quedado huérfana.
El Salvador, país nuestro querido, vive un tiempo de polarización que además de ser absurdo, carente de argumentos, simplista, berrinche de niños bochincheros … es insoportable.