Un día observando por la ventana notó varias estructuras de hierro en color rojo y blanco, parecieran árboles multiplicándose a corta distancia, es una invasión de estructuras de metal muy altas; le pareció extraño, ahora dichas estructuras se combinaban con el paisaje o mejor dicho pasaban a formar parte del paisaje pero de una manera rápida e impuesta, no se adaptaban a las normas de proyección de la ciudad, aparecían y crecían a diario, las estructuras se adaptaban con el cotidiano vivir de las personas.
Decidimos un grupo de “viejóvenes” pegarnos una noche de farra, otra vez, como las de antes, la planeamos bastante … porque en esto de salir de noche hay una gran verdad: el 99% de las veces que salís de juega terminás con un aburrimiento patético.
Oficialmente, nuestro país tiene casi 2 millones de cibernautas, gente conectada a internet, gente que a diario consume (oficialmente) un promedio de más de 59 minutos de conexión en línea … extraoficialmente, son muy pocos los que no están conectados 24/7.
El culto a la “Divina Pareja” se parece muy poco al socialismo, la unión de los conceptos Estado/Gobierno/Religión son conceptos peligrosamente bolcheviques y el slogan “Seguimos cambiando Nicaragua, cristiana, socialista, solidaria” es lo más parecido a un arroz con mango que he oído en mi vida.
Si a cada mentira al mentiroso le creciera la nariz como a Pinocho, el mundo estaría lleno de narizones. Es que si el cuento de Collodi se hiciera realidad, imagínese cuánta naricería larga desbordaría nuestro sub mundo, nauseabundo, hediondo planeta de tramposos, mentirosos, farsantes políticos.
“Si no te tardas demasiado, prometo esperarte el resto de mi vida.” Oscar Wilde (a 163 años de su nacimiento).