
A diferencia de todas sus compañeras de la escuela y demás niñas de su edad, Margarita tenia alas, nadie nunca se las explicó porqué ni que significaban las alas, la investigaron doctores, científicos renombrados de todo el mundo, pero no hubo conclusión alguna.

Siendo infantes, niños indómitos, peludos, medio hippies y rebeldes de los 70s, alguien nos inculcó en nuestra mente infantil la idea de que cada vez que sonábamos la nariz, estábamos expulsando neuronas, y que debía tener cuidado porque tenía un número limitado de neuronas con las que trabajar … tal vez por eso, crecimos tan descerebrados ….

No creo en premoniciones ni prestidigitaciones, nigromantes ni necromantes, ni libros de autoayuda, y desde entonces, mucho menos …
A las orillas del Rhin se encuentra el castillo de Heidelberg, en ruinas desde hace años y que más parece una obra oficial encomendada al cuidado de algún instituto salvadoreño.