El amanecer del tercer día de la creación,
debió ser algo muy parecido a éste …
Llenaba un formato para una solicitud en un banco local, le pareció una eternidad terminarlo, la llenó con su puño y letra, cuando se la entregó a la ejecutiva que lo estaba atendiendo ésta la observó y le dijo:
«El castellano es el idioma común que nos desune» (Jorge Edwards Valdés. Crítico literario. Chile)
No, no es que me haya equivocado de refrán, es simple, triste y contundente, en nuestro país el que a hierro mata… cuchillo de palo.
Pitágoras Thompson, quien la noche anterior se había ido a dormir, millonario y prolífico, rebosante de salud y joven, altanero y soberbio, amaneció casi en la indigencia, la mañana siguiente.
(Este post fue escrito hace casi 15 años, cuando la vida y el nacimiento de mi hijo varón, me galardonaron con la medalla de padre … nunca lo publiqué, hoy, este día, cobra aun más, mucho más sentido).