Le preocupa la fosa común o la obligación de desocupar la cripta cinco años después de su muerte? Le tenemos una buena noticia. Funerales Espaciales Ross y Celestis Inc. de Nueva York —no podría ser otro lugar— está promoviendo lo último en entierros !
En realidad, no es un entierro sino todo lo contrario: el difunto no es sepultado en el triste humus, sino lanzado al espacio, cual cuete de vara voladora navideño.
Por 1 295 000 dólares, sale a $ 323 750. 00 la libra de cenizas (161 dólares el gramo: más caro que 120 libras de frijoles) las suyas podrán ser enviadas al éter y permanecer allí por el resto de la eternidad.
Es un pensamiento un poco cosmolúgubre, pero que ha despertado considerable interés en muchos futuros clientes. El empresario se llama Rafael Ross y es el segundo intento de Ross de implementar la idea, lo hizo en los 80s y nadie le paró bola.
Desde entonces viene promoviendo su iniciativa de pagar ahora y viajar después (claro, en calidad de cenizas), cuando el gobierno de Ronald Reagan autorizó la venta de osarios espaciales. Se trata de invadir el cielo con cenizas, y a Reagan le apasionaba todo lo que fuera invadir (especialmente América Latina).
Ajá …y como hago para … ?
De acuerdo con el programa de cenizas astronautas, muchos satélites de la NASA reservarán de ahora en adelante un sector de su compartimiento de carga para los difuntos que quieran y puedan ponerse en órbita.
Requisitos:
Funeraria Espacial Ross ofrece varias rutas, teniendo en cuenta que no todos los cadáveres querrán buscar la eternidad en el mismo lugar. Para los que no gustan alejarse excesivamente de casa, se ofrece la órbita polar, situada apenas a 3 mil kilómetros de la superficie de la Tierra.
Para los que detestan los cambios excesivos de lugar, hay un plan muy atractivo consistente en quedar suspendido en la órbita sincrónica geoestacionaria a
35.680 kilómetros sobre nuestras cabezas. Y cuando digo nuestras cabezas, hablo de las cabezas de los salvadoreños.
La primera que se inscribió fue una señora italiana fallecida en 1982, que en su testamento pidió ser cremada junto con su gato y colocada con las cenizas del felino en alguna nave interplanetaria. El gato participó en el plan contra su voluntad.
Pero fue autorizado para ejecutarse hasta 1997, que hacía 15 años con las cenizas ? De ahí el negocio se le vino a pique.
Ross es parte de la ahora próspera Celestis Inc. Que realiza varios funerales al año, con nave mortuoria (larga y pintada de negro ? El astronauta lleva casco o gorro de chófer ?).
No tengo el dinero, ni por cerca, pero se me ocurrió mandarle una carta al venerable Sr. Ross con mis consultas:
Sr. Ross:
Aún no recibo repuesta.
Yo ser un indio Pocomame . Yo vivir lugar tranquilo hasta que hombre blanco
venir. Todo comenzar así: Pocomames conjugar siempre verbos en infinitivo y así vivir en paz, sin presente ni futuro, sin Taylor Swift.
Nosotros, salvadoreños, solíamos ser, según decía Roque Dalton, los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, los que repararon la Flota del Pacífico, los que sembraron maíz en plena selva extranjera, los que construimos el canal de Panamá …