El 17 de abril de 1982 puede considerarse el día que la humildad futbolera (con una pequeña ayuda del Estado) sorprendió al mundo.
Después de haber ganado el Mundial de 1978, Argentina veía languidecer una Dictadura Militar que daba patadas de ahogado, el pan y circo del Mundial ganado, no alcanzaba a terminar de sacar a los argentinos de una realidad concreta que las Juntas Militares proponían, represión, hambre … orden relativo, y enriquecimiento ilícito de sus allegados.
Sintió una pulsación dentro de su cuerpo, algo que le presionaba el pecho, las arterias, el corazón. Se sentó en la cama y el dolor no se le quitaba, tomó un calmante para mitigar el dolor que sentía dentro de su cuerpo, el somnífero lo dejó postrado en la cama. Una persona con traje, corbata, sombrero de copa, pantalón ancho, todo de color negro se le acercó a la cara y le susurró:
Detengamos las rotativas! Paren las máquinas! Pónganle pausa al escrutinio del TSE que avanza más lento que pedo de tartamudo! Paren todo !! Porque tenemos un enchibole más grande que resolver!
“Se partió en Nicaragua, otro hierro caliente
Con que el Águila daba, su señal a la gente
Se partió en Nicaragua, otra soga con cebo
Con que el Águila ataba, por el cuello al obrero …”
(Silvio Rodríguez. 1979)
Si pasara una vez, cada de vez en cuando, sería una maravilla, pero no es así, es el diario trajinar de nosotros salvadoreños, en la capital de nuestro país.