
Nuestros padres que nos protegieron con la idea de preservar nuestra inocencia nos enseñaron a la vergüenza, aquellos que temieron nuestro cuerpo cambiante y nuestra creciente curiosidad nos enseñaron el desprecio.
Se vienen las semifinales del Fútbol Nacional (si señor, así con mayúsculas, para usted que no vive, no respira, si un fin de semana no ve al Real Madrid, a la Juventus y al Bayern Munich en fila, pero no tiene la más mínima idea donde queda Jocoro), y eso es asunto delicado …

Cualquier arquitecto, estudiante, conocedor de cultura general, si se le pregunta que nombre a un arquitecto famoso, lo más probable es que le diga Frank Lloyd Wright.
Tal vez porque, al igual que el Redentor, supieron, al dar sus primeros pasos sobre la arena, que su vida estaría destinada a cargar una cruz.

Pequeño cuento, muy poco de terror, en un solo y breve acto … menos mal!

Desde Ereguayquín hasta Jucuapa, desde Jiquilisco hasta Berlín, en las cantinas ultra lempinas de Oriente, se sigue contando la historia, de vista y oídas, de quienes si la vieron y quienes la oyeron, de Mononucleosis Esperanto Gutenberg, hombre de campo usuluteco con apellido de inventor de imprenta.