La cabeza del fútbol salvadoreño, vive mirándose el ombligo. Eso hace las ocho (8?) horas laborales del día … nada más.
La culpa la tuvo mi madre, Ai – Nozomi, venerable anciana a quien se le metió en su obstinada cabeza de campesina japonesa, viuda, con seis hijos varones (mis hermanos), que en lugar de sembrar arroz en los pantanos, había que fabricar micro chips en la mesa del comedor.
Después de tanto tiempo de pelearme con los chats, Facebooks, Twiters, Instagrams, WhatsApps y afines, me di cuenta que eran necesarios … sucumbí, perdí mi virginidad cibernética.
Dado que el poder emana del pueblo, y que según el art.80 de nuestra Constitución de El Salvador, dice claro “El presidente y Vicepresidente de la República, los Diputados a la Asamblea Legislativa y al Parlamento Centroamericano (todavía existe? .. Para qué ?) y los Miembros de los Concejos Municipales, son funcionarios de elección popular …
Yo tenía 11 años, más o menos, vivía en Tegucigalpa, y me acababan de comprar unos tacos de fútbol horribles, con una franja naranja buscapleitos que cubría todos los laterales.