De todos los héroes de mi infancia, nunca fui muy adepto a Supermanes ni Batmans ni Capitanes América, aunque mi incipiente pubertad me hacía un poco “fan” de la Mujer Maravilla, por razones hormonales obvias, mi “héroe” particular era mi tío Heráclito.
Pepe Parásito, pajarraco pterodáctilo, sanguijuela del neoclásico, huele a mierda y hiede a plástico, te sangra a lo jurásico, te pone trabas y mil obstáculos, te ahorca con tentáculos, pero al Jefe le da un ósculo, en el sitio más recóndito, cada día al crepúsculo …
Por una vez dame de beber,
la última gota de vida y placer
antes de morir entra a mi piel.
Circunstancialmente yo dejo de ser yo, me convierto en una bestia abyecta, ponzoñosa, un alacrán venenoso, sin la más mínima pretensión de dañar a nadie … y en realidad no daño a nadie, aparte de a mí mismo …
El burlón, bromista, el “enganchador”, el que goza metiéndole una mentira a “x” hasta que “x” se avive y se de cuenta que eso es imposible y todos se maten de risa … los que ejercen la tomadura de pelo como vocación ….
“Esta historia es real, porque me la he inventado de cabo a rabo”
(Boris Vian)
El sonido de las lágrimas que vierte Laura Arrosamena en Murcia, España es provocado por la noticia que le acaban de dar, el cáncer de su madre es irreversible, terminal y letal.
Último, el peor… y lo más triste… saber que es cierto. “Sos un idiota” piensa uno y todos, y no falta el altanero ganador que palmeándote la espalda, como si fueras un pobre infeliz te dice:
Un virus que ataca algas verdes (ojo, dije algas, no nalgas … no sea tan xxx, aparte donde las va a encontrar verdes ?), es el mismo que nos ataca a seres humanos a nivel cerebral y nos deja parcialmente idiotas … a algunos, quitándole lo “parcialmente”.
Siempre habrá lágrimas abundantes para llorar a nuestros muertos, el olvido no nos permite y Gracias a Dios es así, abandonar a quienes quisimos … aunque no alcancemos jamás a saber donde están sus despojos, donde rezarles al menos.