El día que decidiste marcharte, me reventaste literalmente el corazón, te fuiste con uno de tus acostumbrados vestidos rojos, prometiendo no volver absolutamente nunca mas…
No esquives tu hombría de mi ser
átame despacio a tu silueta,
apriétame con el calor de tus manos como brasas prendidas
Y entraste por residuo, por poquito y muy exiguo, después de un proceso poco confiable pero continuo, no te vayas a volver melifluo, que se te hinchan los oblicuos, mirá que nada es perpetuo … solo sos un diputado.
Ya son las 5:50
no te apartes de mí
Sintió una pulsación dentro de su cuerpo, algo que le presionaba el pecho, las arterias, el corazón. Se sentó en la cama y el dolor no se le quitaba, tomó un calmante para mitigar el dolor que sentía dentro de su cuerpo, el somnífero lo dejó postrado en la cama. Una persona con traje, corbata, sombrero de copa, pantalón ancho, todo de color negro se le acercó a la cara y le susurró:
Detengamos las rotativas! Paren las máquinas! Pónganle pausa al escrutinio del TSE que avanza más lento que pedo de tartamudo! Paren todo !! Porque tenemos un enchibole más grande que resolver!
- Escuchame!! – nos decía nuestra madre, enojada ante un florero roto – como que yo no fui, si no rompiste tu ese florero … quien lo rompió? Perico de los Palotes?
En un principio, las escaramuzas o actos de pillaje entre caravanas de mercaderes en medio del desierto, eran tomadas casi como un deporte, un entretenimiento, una forma de vida.
Nuestro país es el espejo de nuestras miserias y nuestras grandezas. Es la cara y cruz de lo que somos. La cara que mostramos y la cruz que llevamos. Las dos caras de la moneda. El coraje y la cobardía. El héroe y el traidor.
“Nunca discutas con un idiota, la gente a tu alrededor puede no notar la diferencia” (Emmanuel Kant).