Al fin y al cabo … los cuentos de hadas son más o menos así, no?
Se habrán fijado que por muy “pat e´chucho” que seamos, hay días que uno no quiere nada más que quedarse en casa a dormir o descansar o ver TV o Netflix o whatever …
(Este post fue publicado por El Diario de Hoy en el año 2000, cuando se estrenó Gladiador, me indignó tanta metida de pata. 20 años después se ha vuelto a proyectar la película en TV y un documental “The making of …”, sigo indignado y añado observaciones al 2020).
Recibí el mail y me sorprendí, traía el sello de la Presidencia de los USA, y venía en correctísimo inglés.
No te necesito, no, no te necesito ni siquiera la mitad de lo que tú te imaginas que te necesito.
Señor Ministro de Trabajo … Usted no cree que debería existir una incapacidad laboral por enamoramiento? Acaso no te dan una incapacidad cuando tenés depresión o cuando tenés estrés? Pues yo creo que si vas al médico y le enseñas un folder en el que has escrito cien veces “quiero a Marisa, quiero a Marisa, quiero a Marisa …” está claro que estás enfermo y así no se puede trabajar.