
“Murió haciendo señas y nadie lo entendió…”
(Magaldi y Pesce letra del tango “El Penado 14”).

El Rey Luis XIV de Francia, por alguna razón que la Historia no especifica, le tenía pavor al agua … le aterrorizaba bañarse; se dice que solo se ha dado tres baños en su vida.

En los años 60´s por primera vez, se tuvo conocimiento, en nuestra campiña salvadoreña, de “La Bestia”, así se llamó por primera vez, al raro animal, que asolaba nuestra campo y mordía, desangrando, a diferentes animales … terneros, perros, becerros …
Nacidos en el sur racista
Martin tenía un grave problema: era negro. Se dio cuenta en su inmediata niñez, apenas comenzó a caminar las hostiles calles de Atlanta en Georgia, en la poco tolerante década de los veintes.
Estoy tratando de entender un poco la onda, porque resulta que mis amigos más cercanos, ya panzones y calvos, les ha agarrado la pila de ya no jugar futbol, ya dejar de correr tras la chimbomba … y dedicarse al golf.

Cuando un fulano no sabe cómo explicar que las cosas no salieron como debían salir o como él dijo que iban a suceder, suele justificarse con la deplorable frase “lo que pasa es que, en este tema, dos más dos no siempre es cuatro … puede ser cinco”. Una zafada clásica.