Es como en un “Big Brother” concebido en la más febril fantasía de George Orwell, los salvadoreños somos vigilados, espiados, señalados, apuñalada nuestra privacidad a diario y sistemáticamente.
Más allá de todos los discursos triunfalistas, estadísticas chafas, diferentes versiones, dinero mal gastado, hay dos cosas muy ciertas:
La clasificación sudamericana al Mundial de Alemania 1974, fue bastante compleja, complicada y llena de vericuetos políticos.