La noticia de la Associação Chapecoense de Futebol, equipo humilde de la zona Oeste de Santa Catarina, Brasil, empujador, luchador, guerrero, que en vísperas de disputar su primera final de fútbol internacional, cae con sus sueños, ilusiones y avión a tierra, ha sonado la campana interna de nuestras emociones.
Como que todos hemos pasado el fin de semana de farra. Vamos, usted también, estas épocas de Acción de Gracias, Viernes Negro y Navidad nos alborotan a todos …
Duele, como pocas cosas duelen en la existencia … podemos reventarnos el cráneo buscando culpables y vamos a encontrar quinientos … pero diluir las culpas entre quinientos, una vez más, deja ningún culpable y múltiples incertidumbres.
Para encarar la lectura de este post, es importante hacer notar, que está tratado desde el estricto punto de vista del Vaticano o los Estados Pontificios como un Estado, con un sistema de Gobierno, que encabeza por cierto, el Sumo Pontífice, el Papa, lo que lo convierte su función en algo sumamente dual.
Nuestro fútbol nacional, al cual tratamos de revestir de características “profesionales” no ha muerto, pero está más o menos como el pez que acabamos de pescar y tiramos al fondo de la lancha para que pegue sus últimas bocanadas y muera …
Entonces, cerramos junio, mes Internacional de la Lucha contra las Drogas, y pasamos el 26 de junio, día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, día en el que solíamos hacer coincidir con el fin de las 5 caminatas Anti Drogas a finales de los 80s e inicios de los 90s.