
Una pequeña colección de momentos, que todos hemos pasado, que nos han llenado de vergüenza, puede que alguno te haya pasado … pero te va a pasar ..

La diferencia es muy sencilla de distinguir, los borrachos de popularidad, necesitan tener su legión de aplaudidores, así como lo velorios antiguos tenían sus plañideras, o sea aquellas señoras a las que pagaban, simplemente por llorar, aun sin conocer al difunto … es igual
Oscarito, era chiquito muy chiquito, vivía con su padre ( al menos así le llamaba él) que era muy pero muy viejito, y estaba muy enfermo … (al menos eso decían en el pueblo, la verdad nadie la sabía).
Jacobo G. vivía solo. Trabajaba desde las ocho de la mañana hasta la medianoche, en el área de limpieza de un periódico, sueldo miserable y recompensas peores.