La sociedad, la nuestra, está enferma, no de muerte, pero enferma; la mayoría de las personas jóvenes y no tan jóvenes con las que he hablado últimamente parecen haber renunciado a la vida.
Durante la última década, Silicon Valley ha aprendido que las noticias son un negocio complicado, costoso y de bajo margen, del tipo que, si no se tiene cuidado, puede convertir a un CEO tímido en un villano internacional y hacer que lo arrastren ante el Congreso.


Parece mentira, amanece el 2024, y en un año más habremos alcanzado el primer cuarto de este nuevo siglo ..

Porque somos chambrosos, chocarreros, nos encanta el chicle, somos sabelotodos pero solucionalonada, viejas y viejos fresqueres, mercaderes de la información ….



Estos días de zozobra, incertidumbre, yo digo, yo te callo, te contradigo, te peleo, me enojo, lo que para vos es si para mi es no …y vetado encima, los pitos, las vuvuzelas, las cacerolas … la Sala.
Quedamos en reunirnos con un viejo compañero de la primaria que no veía desde los años ochenta, el “Gordo” Peláez, del que tuve noticias a través de una red social. Nos citamos en un bar, nos palmeamos con cariño falso, pedimos unas cervezas.