Cuando moría el siglo pasado, exactamente en 1997, tuve conciencia de que los computadores habían llegado para quedarse. Supe también que la nueva tecnología me costaba un mundo (por no decir otra palabra), pero era mi trabajo, así que contraté un informático para que me guiara.
La señorita se llamaba Amanda, tenía el pelo largo y recogido en una cola de caballo. Llevaba una mochila pequeña en la espalda. Pasó llorando por el andén izquierdo de la estación del metro, y de las diecisiete personas que cruzó en el camino, doce la escucharon llorar claramente, porque no era un llanto contenido; era un desahogo ... desgarrador.
Lean estas cifras: Di María €75 millones, vendido al Manchester United, antes el mismo Real Madrid, había vendido a Ozil por €50 millones al Arsenal, Neymar 93 millones de euros fue el precio nominal del Santos al Barcelona, pero por “debajo de la mesa” fueron más de € 107 millones y le costaron la cabeza a Sandro Rosell, presidente del Barca, el mismo equipo compra a Suárez suspendido aún, al Liverpool por 75 millones de libras esterlinas … Y otros más …