Una semana … me escribió, una especie de nota de ultimátum … una semana y ni siquiera un día más, ni una palabra más … es lo que me da de tiempo … para rescatar nuestro amor.
Llamamos sándwich a un sándwich por el cuarto conde de Sandwich? Sí. Fue él la primera persona a la que se le ocurrió la idea? No, para nada … pero para rescatar un dato: no lo inventaron los Chinos !
Diputados, juristas, psicofármaco, analistas
Caudillos, rebaño, corderos, sindicatos
Ministros, siniestros, buseros, onanistas
llenan la pantalla de la tele y entrevistas
Agatha anciana adinerada, agoniza angustiada, atácale asma, ahoga, asfixia, atora …aguanta …
Si me van a acusar de loco, derechito al manicero mejor ! Nunca he sido persona de ir al psiquiatra. A la fecha, había logrado el precario equilibrio de mi cerebro con lo que tengo a mano: en una época cambiaba de novia semanalmente como James Bond; en otra, tomaba una que otra anfetamina, como Funes, y quedé incapaz de amarrarme los zapatos; en una, no muy lejana, abusaba de los Doritos, como doña Milagro Navas.

Pensamos siempre que las más absurdas creencias las tienen los norteamericanos, les damos el mote de ser “más incrédulos”, entre ellas que los platillos voladores existen y que hay marcianos infiltrados en la Tierra, que Irak si preparaba armas nucleares, en Santa Claus, Ronald Mac Donald y Hilary Clinton.