De las andanzas futboleras de mi infancia, que fueron múltiples, y de miles de kilómetros corridos tras un balón... nunca me voy a olvidar ...
Entramos con mi hija a la sala de cine, el olor a palomitas de maíz inundaba el ambiente, afiches de las últimas películas adornaban los pasillos, en los estantes se mostraban golosinas, bebidas para el gusto de los comensales, nos acercamos a la ventanilla para comprar los boletos y desde ahí surgió la primera decisión que tenía que tomar, el empleado me preguntó:
Lo mediático viaja en jet por encima de lo legal, lo legal viaja en trineo impulsado por perros viejos y cansados, el bisturí mediático cercena, investiga y dictamina culpables antes que las leyes lleguen a la primera posta.
Ayer comenzábamos en este blog, un tema ligeramente procaz, pero totalmente real y parte de un negocio, que obviamente, en nuestro país, ya no se anuncia de esta manera por aquello de las extorsiones y de que le reconozcan la voz a Robertillo D´Aubuisson pidiendo alguno de estos servicios por teléfono, pero siguen existiendo .. (en otros periódicos como Clarín de Argentina, Tiempo y Espectador de Colombia, El Heraldo de Honduras, Reforma y El Universal en México, etc etc) y son sumamente ocurrentes.
Por irónico que parezca, a pesar de que a muchos quien los salva del alcoholismo es la religión, a mí la religión me llevó al alcoholismo, es más, para aumentar la ironía … del alcoholismo me sacó el mismísimo Lucifer.
No, no, no, no nos demos garabato, por más que nos jactemos de ello y la sigamos practicando a diario en todo el continente, Latinoamérica no inventó la corrupción administrativa, ni ha sido el nuestro, el único país que la ha llevado a la categoría de excelencia que desde hace 40 años cultiva.