
Todo el mundo se llena la boca diciendo …”No, que cochinada, yo no veo eso”, “Huy noooo …que asco!”, pero lo cierto es que la vista es más rápida que la lengua y todos alguna vez nos hemos detenido en alguna escena o película porno, dejémonos de garabatos.
Típica plática de esposos …
- Mi amor – dice él.
- Mmmmm?
- Estoy pensando que como 30 cae domingo, quizás voy a pagar el colegio de los niños, el viernes …
- Mmmmm? Regio – contesta ella.

De todos los héroes de mi infancia, nunca fui muy adepto a Supermanes ni Batmans ni Capitanes América, aunque mi incipiente pubertad me hacía un poco “fan” de la Mujer Maravilla, por razones hormonales obvias, mi “héroe” particular era mi tío Heráclito.

Vamos a darnos prisa, lentamente ... con calma, porque estamos apurados, así como la famosa frase de el Quijote, que paradójicamente nunca fue escrita por Miguel de Cervantes que dice ... "Vísteme despacio Sancho, que estoy apurado" ... así lentamente ... porque urge.

A inicio de los setentas, yo era pianista de un bar, Rita era la mesera, era un bar pequeño, lo suficientemente grande para que mi piano se escuchara pero demasiado pequeño para los sueños de Rita…
Horacio era mi némesis. Sólo él podía despertar mi odio más visceral, mis impulsos más violentos, mis pensamientos más asesinos. Cuando lo veía mi cuerpo se preparaba para un combate de vida o muerte: mi pulso cardíaco se aceleraba, mi sangre fluía hacia los músculos más grandes para luchar o huir y mis células comenzaban a consumir energía de reserva.