Eres un hombre más
como cualquiera,
que se encuentra donde sea,
pero te ví en la lejanía oscura del paseo
ni siquiera observe tus pasos ligeros ...
Dicen que estabas presuroso,
que corriste con amor y sosiego,
¿Podría ser que era un reencuentro?
Mi vida ha cambiado tanto de rumbo,
es difícil recordar a todos…
Y tú, no te creas especial...
tus besos solo queman mi alma,
como elixir que salva de la prisión,
como anhelo que permite levitar al alba,
solo eres unos grados centígrados de amor,
que rebalsan en mi mirada aun en su ausencia,
eres como el amanecer sin el que no se puede vivir,
como la madrugada fresca
después de una noche caliente y desesperante,
quizá eres, solo el mejor de los amantes.
- Sabés que no soporto de ustedes los hombres ? – me tiró a la cara con actitud de sentencia una buena amiga – no soporto que se “acomoden” en público …delante de nosotras …
Aporto el título de este post en defensa de la democracia ante la amenaza de quienes quieren cuidarla. Lo digo en serio. Y además agrego que ya mismo hay que salir a socorrer de su cautiverio a gran parte de los legisladores sometidos a una parálisis y huevonería cerebral que cada día les carcome el ya escaso soporte de dignidad que les queda.
Estaba sentado en casa, haciendo trabajo domiciliario en la PC, cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero de trabajo que me tenía que pasar un dato. Marqué el número de memoria desde un fijo. Me contestó un fulano con muy mal humor diciendo: