Hay fiestas, celebraciones, que nos hacen bailar mariposas en la panza en lo que nos acercamos a la fecha, y hay otras que provocan mariposas, pero ya conservadas en formalina, y eso es malo para la panza, por lo que te dan hasta agruras de pensar que hay que ir.

• Primera comunión

Uno debería ir a la primera comunión de los hijos propios y ya, eso de hacer pasar por el mismo martirio, sábado 7 00 am, de traje y corbata otra vez … con la borrachera de viernes aún vigente, esperando que el sacerdote (también con la borrachera de viernes aún vigente) de inicio a la ceremonia para después tratar de bajarse la “goya” en el desayuno.

Hay 70 niños tomando la comunión, muy de blanco con sus cirios y 143 215 fotógrafos viniendo a interrumpirte en el momento que tu hijo o hija toma el sacramento con el: “Le sacamos la foto al niño ? Diez dólares el paquete de cuatro, se las sacamos ?”

Ya en el restaurante o afín, el niño parece un “mini me” de Ricardo Montalbán en “La Isla de la fantasía” y la niña un bonsái de novia. Mientras los padres vuelven a la ingesta etílica, plenas 9 00 am de sábado y un tío Erick que anda estrenando cámara de video, pasa el micrófono de invitado en invitado para que le graben un mensaje a la criatura … que por supuesto jamás verá el tal video.

• Reunión de Padres de Familia

Esta es una reunión de inicio de año escolar a la que los padres y madres de familia asistimos masivamente, porque creemos que si vamos, le aumentan puntos a nuestros hijos en alguna materia que anden fallando , y que al final van a repartir salpores y horchata.

Nada más equivocado …

Lo convocan a uno, para pegarnos flor de regañada, los maestros, maestras y la directora, que siempre es la peor encarada de todas, por las cosas que nuestros hijos van a hacer durante el año escolar. Además sirve para que nos den el catálogo de todas las cosas que “NO” podemos ni debemos hacer …

Uno sale preguntándose si estamos mandando a nuestros hijos a la escuela o a un Tribunal de la Santa Inquisición.

• Fiestas masivas de familia

La familia es lo más grande que Dios nos legó, la familia grande ..ampliada…hasta el décimo sexto grado de consanguinidad, es ya un molesto dolor de … muelas. Suelen convocarse a raíz de que la abuela cumple muchísimos años, nadie está seguro acerca de cuantos cumple, pero hay que celebrarlo, no vaya a ser cosa que sea el último.

Toda la familia es toda la familia, tíos terceros, primos quintos, tíos abuelos cuartos, y un lote de gente que uno jamás había visto en su vida.

Hay música, se traen mariachis, le ponen la charra a la abuela que detesta los mariachis y la música ranchera pero nadie le ha preguntado … la abuela en sus juventudes fue fanática del Rock and Roll de Chuck Berry.

Hay paella, alcohol a cantaradas, no falta el tío que hace sonar la copa insistentemente y se echa un discurso de 40 minutos insoportable en honor a la abuela que se duerme durante el mismo, los ejércitos de sobrinos corriendo entre las mesas y estornudando sobre tu plato y la prima coscolina que cada año llega con novio y embarazo nuevo.

• Piñatas

En los años precoces de nuestros hijos estamos obligados a acompañarlos, cuando ya entran a la adolescencia ..estamos obligados a NO acompañarlos, solo dejarlos y pasar a recogerlos .. nada más.

Es una fiesta compleja, porque mientras las madres hablan a los gritos tratando de hacerse escuchar por encima de la música de los personajes que recrean “Jake y los Piratas de Nunca Jamás”.

Uno aprende a sacrificar los sábados por la tarde, a atravesarse dos o tres pedazos de pastel olvidándose las dietas, a tomar Coca Cola en vasos de plástico chiquitos y a aguantar que el payaso siempre lo agarre de voluntario a uno, aunque uno trate de esconderse.

Con todo y todo, es una de las fiestas que conserva la nobleza y candidez de la niñez … en lo que poco que nos dura …

Ah … y para rematar …todas aquellas que pidan “regalo de sobre” …del cálculo de cuanto$$$ van en el sobre, hablamos otro día.