Quemaste con tu calor cada poro de mi piel,
en la que tatuaste con besos interminables
tu nombre en mis deseos...
te quedaste atado a mis ganas de madrugadas,
te quedaste impregnado en mis labios húmedos por ti,
te quedaste atrapado en el silencio de mis gemidos,
así me quemaste sol de mis días de lluvia...
Volaste conmigo en horas de placer,
llenaste de sueños noches de magia,
supiste llegar hasta donde nadie pudo dentro de mi
me voy y te llevo conmigo
porque vas en ese susurro, en ese instante donde
fuimos uno solo en la locura, donde nuestros
cuerpos se perdieron tantas veces … pero que supieron
encontrarse una y otra vez, tras varios intentos de despedida...
Entre el silencio que nos ausentó
te dejo entre versos las caricias, que un día vivimos,
y que jamás se repitieron...
te dejo entre líneas las sonrisas del placer que provocaste,
con las que te recordaré en algún momento ...
te dejo entre puntos suspensivos, la sonrisa de un hasta siempre
con la piel llena aun de deseos por ti...
Te llevo en mi maleta de sueños cumplidos,
te llevo conmigo en silencio,
te dejo los personajes que nacieron para ti, entre sombras y caricias
te dejo el sonido de un hasta siempre,
para las noches inquietas, donde la luna podrá contarte
que dejaste huellas imborrables...
hasta siempre, porque así es tu marca para siempre.
Fue en ese preciso momento, que vi su ombligo … que me di cuenta que hay mil cosas extrañas que suceden con el hoyito ese en la panza … que nadie explica …
Mariela, profesional independiente, buen pasar, ya treinta años largos, casi cuarenta, acompañada de su amiga Isabela deciden dar un viaje “de chicas” … a Italia, a Roma, lugar que Mariela ya conocía, había estado allí años antes, y siempre anheló volver.
El padre estaba sentado leyendo el periódico matutino, oyó que el microbús escolar dejaba a su hijo en la puerta de la casa, se levantó a recibirlo y los dos se saludaron, tenía un hijo preadolescente entre los 12 y 13 años de edad, es su orgullo, como padre se sentía realizado por tenerlo, el hijo se fue a cambiar de ropa, se puso una más cómoda, bajo a la sala donde estaba el padre y le dijo: