
Yo te di, o al menos intenté darte, todo de mi ... tu me diste nada.
Yo te di mi inusual sonrisa, y con ella cambié mi habitual parquedad, porque entendí que en esto del amor, sonreírle a la mujer amada es buena señal ... fue en vano, tú no respondiste a mis sonrisas ...
Yo te quise, como se quiere de verdad, y cuando me refiero a "de verdad" no hablo de una palabreja que uno usa para escribir una canción, simplemente porque "verdad" rima con "me querrás, solidaridad, caridad" cosas que por cierto, jamás me entregaste ninguna de ellas, en lo mas mínimo, otras formas de no darme absolutamente nada ...
Y no es que uno ame pidiendo algo a cambio, por lo general uno da todo a cambio de nada, pero con la secreta esperanza de recibir "algo" ... algo no es un universo, constelación de estrellas bajadas ni nada afín, algo es algo simple ... una palabra, un gesto, que me ayudara a sobrellevar el día ...una caricia .. era básicamente mucho pedir ... tú me diste nada.
Y fueron toneladas de nada, torrentes de nada, no es que hayan sido poquitos o residuos de nada, sino que grandes y enormes cantidades de nada, porque no es que me hayas dado en fin, nada de nada ... no ... me diste enormes cantidades de nada, básicamente tanta nada fue la que recibí, que me quedé con nada en mis manos, con nada en mi poder, me quedé con un enorme cargamento de ... nada.
Y no contento con recibir tanta nada, todavía me di la cabeza contra las paredes, pretendiendo encontrar un poquito de cualquier cosa, que hicieran tanta nada justificable, bah ... rescatable, y ni siquiera la pesquisa fue fructífera, porque era real y genuina ... nada.
Y anduve con mi nada a cuestas, y fui un perfecto portador de nada, con tanta creatividad mi bien, que hasta encontré como capitalizar recuerdos de la nada y seguir adelante en base a nada ... a toda esa nada que me diste.
Y al final fue mal negocio, porque si lo vemos a nivel de valores, tal vez mi todo entregado, valía, aunque sea un poquito mas que tu nada, que todos esos quintales de nada ... que recibí a cambio.
Siempre me advirtió mi mamá, acerca de lo pésimo negociante que realmente soy ...

Compatriota, le quiero confesar algo entre nosotros, entre usted y yo, algo triste, lamentable. Todos los días nos llegan correos electrónicos, mensajes de texto, por las redes sociales y cartas en papel con problemas que mucha gente, muchos salvadoreños tienen y creen que si lo contamos al aire en TV, ese problema se va a solucionar.

El padre estaba sentado leyendo el periódico matutino, oyó que el microbús escolar dejaba a su hijo en la puerta de la casa, se levantó a recibirlo y los dos se saludaron, tenía un hijo preadolescente entre los 12 y 13 años de edad, es su orgullo, como padre se sentía realizado por tenerlo, el hijo se fue a cambiar de ropa, se puso una más cómoda, bajo a la sala donde estaba el padre y le dijo:
Pobrecito paisito el nuestro, donde gente mata gente por encargos de $ 50. 00 pero nadie nunca tiene la culpa de nada, donde no hay un centavo ni partido por la mitad en ninguna parte, pero todos jugamos a la eterna “presumidera” de apariencias .. aparentando, ostentando, hablando
…cosas que no somos
…cosas que no tenemos.