logo

Al cambiar la página 

la escena se desvanece

se pierde

se disuelve

hace un “fade” a azul.

 

Todo lo que alguna vez soñé

se desvanece a su vez

fuiste mía 

tres noches y dos días

no me queda claro

donde perdí  tu amor

o peor aún

si alguna vez, en realidad lo encontré.

 

Sabíamos algo

cada uno del otro

no demasiado, quizás …

pero suficiente para intentar.

Y nuestras miradas

se cruzaron

se hablaron

se entrelazaron

y no hizo falta nada más …

 

Porque sin demasiado preámbulo

sin demasiada conversación

tu cuerpo denunció que necesitaba del mío

y mi alma necesitada de afecto

simplemente lo aceptó.

Pero fui tejiendo historias en tus poros

fui formando ilusiones en tu piel

demasiado rápido para ser verdad

demasiado lento para siquiera intentar …

 

Porque tu venías huyendo de algo

de algo llamado soledad

pero una soledad muy concurrida

donde siempre hubo un alguien

y yo nunca supe

nunca me enteré.

 

Por eso en los albores

de la noche tercera

cuando tu teléfono sonó

y te soltaste presta de mi brazos

para saltar a tu cartera

y desnuda sobre mi cama

al tomar la llamada 

se dibujó  una sonrisa desconocida en tu cara

supe inmediatamente

que tu vida a la mía…

 le era ajena.

 

Vestirse, un beso, marcharte

fue cuestión de un minuto

me quedó el silencio

fiel compañero

me quedó el vacío 

que al fin y al cabo siempre fue mío

me quedó tu cuerpo

entre las sábanas dibujado

mi auto estima 

cada vez menor aunque nunca fue mucha

tu perfume que se diluye

en cada día de ausencia

y tu tanguita colgada …

en la ducha.

Otros Posts

Don Gerente

68427747 jefe enojado y la señal de parada de la mano concepto de retraso fondo de la oficina creativa ilustraci

Don Gerente llega tarde pero se va temprano, son prerrogativas o gerenteces, que solo competen al cargo; mientras recorre el pasillo deja un vaho de un perfume caro, “Importado tal vez” – piensa Valentina de Contabilidad.

Historia de una mujer que vivió un año en un closet ajeno… porque no tenía donde ir

2 526059431Corría el año de 2008, un hombre de 57 años que vivía en Kasuya, Japón, soltero, minimalista, trabajador como todo japonés, creía que vivía absolutamente solo, en la más abyecta soledad … pero no era cierto.

Yo quiero … ella quiere?

no sex

Bien lo decía aquella canción de Johnny Ventura, cuando contaba que una pareja, para comunicarse si tenían o no “ganitas de aquello” pitaban … hasta que se ponían de acuerdo si si o si no … “Pitaste?”.

© Daniel Rucks 2024