(Este post fue escrito hace casi 15 años, cuando la vida y el nacimiento de mi hijo varón, me galardonaron con la medalla de padre … nunca lo publiqué, hoy, este día, cobra aun más, mucho más sentido).
Desde ese sábado de noviembre cuando se te dio por nacer, chiquito, las dudas y las preocupaciones del mundo quedaron del lado de afuera de la puerta, porque desde esa fecha ... un ángel duerme en casa.
Un ángel duerme en casa y eso equivale a decir que me recontraimportanunpunto los abogados y los clientes morosos y las planillas y las proyecciones de ventas y el flujo menstrual de la contadora y el agobio del doce y medio de interés ... es simple y tú, mi hijo, provocas ese milagro.
Pero cuidado, eso no significa que el tarambana de tu padre sólo por estar contigo y pensarte y tratar de enseñarte como suena una guitarra y decir "papá" y "mamá" en justas y democráticas proporciones este por ello olvidándose de todo lo que a trabajo respecta, no ... por el contrario, ahora lucho más porque lucho por ti ...
Y me preocupo más, porque me preocupo por los tres ...
Y todo lo que hago, es por llegar ese momento al final del día en que me encuentre con tu rostro totalmente inmunizado contra las malas vibraciones del planeta que me sonríe indistintamente si el día fue bueno o fue un asco, si tuve escaramuzas con nuestros políticos ebrios y narcos, si hay para supermercado o no, si mi banquero me acosó este día, si los usureros también o tampoco ...
Porque tu sonrisa cura mis des - sonrisas ...
Porque todo tiene sentido después de las 8: 00 pm ... hora de regreso ...
Porque desde hace unos cuantos meses para acá ...
Un ángel duerme en casa ...
1963. Mi inicio como detective, no hacía más de diez días que había abierto oficina, cuando una rara señora de color verde, se convirtió en mi primera cliente:
Henry Tandey, es un héroe de guerra inglés, aún hoy se le recuerda por su actuación impecable labor en la Primera Guerra Mundial, siendo justo, magnánimo, eficaz e implacable, cuando se necesitaba…
“Mario me llamo, Mario !” contestaba medio enojadón cuando alguien le decía Canuto fuera del teatro, fuera de la TV.