Has quedado en el silencio de mi piel
En la mirada perdida, donde se fue tu rostro;
Mis manos quedaron vacías de ti
Llenas de nada más que recuerdos,
Esos donde eras el dueño de mi placer
Se me ahogan los besos en el tiempo,
La piel aun te reclama en tardes de deseo
En noches de insomnios húmedos,
Donde apareces vibrante dentro de mi
Ya eres recuerdo, ya soy tu olvido
Pero aun así
Solo con recordarte , puedo amarte
Te recuerdo, con tu beso prolongado
Que me robaba el aliento
Que me abrigaba con su pasión,
Que me estremecía, y hacia volar
Entre sus brazos,
Te recuerdo intensamente,
Te ansió en mis sueños vacíos,
Te llevo en el recuerdo de mi piel
Te recuerdo, tanto que a veces
Tiendo a sospechar que un beso mío
Extrañas en algún lejano recuerdo!
Te recuerdo como magia lejana
De un tiempo que pudo llamarse nuestro!
Se han escrito miles de páginas sobre la caída del Imperio Romano. Hemos entrado en gran detalle sobre la fractura del Imperio de Alejandro Magno. Incluso los imperios modernos, como la Alemania nazi, el Japón imperial y la Unión Soviética reciben una atención desmesurada sobre cómo surgieron e inevitablemente cayeron.
“El hombre verdadero ama dos cosas: el peligro y el juego, por eso ama a la mujer, que es el más peligroso de todos los juegos”. Federico Nietzsche. “Thus spoke Zarathustra.”
Decía el gran escritor Oscar Wilde “Un buen amigo, es aquel que te clava la puñalada mirándote a los ojos”, George Orwell, solía apostrofar “Vivimos en el mundo de la mentira universal, por lo cual cualquiera que diga la verdad, se convierte de inmediato en un revolucionario”, para rematar el gran dramaturgo español Jardiel Poncela citaba “La objetividad, es el primer paso a la mala educación”.