Cada vez se van enredando más y más, unas caricias que lento han ido perdiendo el camino, para llegar a su destino final.
Se van enredando entre sueños que resultan aveces pesadillas, de esas que te sacuden el piso , cuando menos lo esperas.
Las caricias te reclaman a ti, pero en el bosque de lo imposible parece que ya no existes , pareces perdido o de pronto ya estas congelado ; sin embargo yo quedé atrapada en el laberinto de tus besos y aun te pienso
Y hasta puedo decir que yo entiendo e intento olvidarte,
Lo malo es el pensamiento, ese que se cruza sin aviso, ni permiso previo, y me aniquila la ruta planeada para yo guardarte también en mi caja del olvido.
Y es que ahí , es cuando aparece mi pensamiento insistente, que me repite :
Que tú, has sido el único, con el que si se puede tanto y todo a cambio de nada.
Me recuerda que eres mi refugio seguro, el único donde quiero aterrizar caricias, que en el tiempo se acumulan y guardan para el mejor amante.
Porque la complicidad y la necesidad de un par de besos que me descongelen los labios de la realidad absurda , no se improvisan con nadie.
Y a veces me provoca sentirte en mi, una vez más, y el deseo es peor aun si te pienso un poco más.
Cuando te pienso, la piel se despierta, los deseos se arrebatan , las corrientes son intensas ,y empiezan a fluir con algo de desesperación, y pensarte tan solo pensarte así en la calma ,ya casi perdida en mi mundo, me hace sentir que siempre serás tu.
Al que pienso y pensaré.

Ansiando perderme en una de esas entregas donde , el después queda en puntos suspensivos.
Cuando te pienso, en el silencio largo de esto que llamamos distancia ,
A pesar de no entender mucho lo que pasa en mi , se que
Pensar en ti, sigue siendo un placer, de esos que me repetiré siempre, cuando los vacíos se acomodan en el tiempo.
Tal vez decirte cuanto te pienso, cuando te pienso ,es una breve expresión , para decir cuanto te quiero...en mi una vez más!

Yo soy, orgullosamente …. Telenofóbico, o sea me defino como un ser humano con un persistente, anormal e injustificado miedo (miedo?) a los teléfonos.

Y era lo que se llamaba una mujer pública, cómo explicarlo sin decir la palabra? Realizaba trabajos nocturnos y no precisamente de enfermera en un hospital, alquilaba sus besos y vendía romances en camas de moteles y pensiones…

Cuando el psiquiatra intentó encontrar las causas o el origen de lo que con el tiempo se convertiría en mi depresión, llegó a la conclusión de que fue por la suma de una serie de eventos desafortunados y pérdidas de personas muy cercanas y amadas de quienes tuve una gran dificultad para aceptar su partida y dejarles ir.