No podemos menos que mencionar un ejemplo, al momento de tratar de introducir “Recuperar el mar” y explicar s temática, o sea la ruptura del hombre con su medio ambiente, sonó un trueno fortísimo … natural, nada de efectos de sonido …
… las noches mágicas tienen eso, se confabulan elementos, para que la música vibre y haga vibrar.
Y eso fue lo que pasó en el pabellón del Real Intercontinental, la noche del sábado, cuando nos presentamos después de 4 años con Rucks Parker, y dos horas y media de canciones originales, nuestras, compuestas por salvadoreños, interpretadas por salvadoreños, para gasto y deleite de salvadoreños, cantadas y coreadas a viva vocce, por salvadoreños!
La magia la traen las canciones, si, pero sobre todo esa hermosa comunión entre el público y las canciones, entre los músicos jóvenes de la banda y las canciones, los músicos de conservatorio de la Orquesta de Cámara dirigidas por David Pimentel quienes ni siquiera había nacido cuando estas canciones fueron creadas, pero se compenetran con ellas y dejan el alma en su instrumento. Esta es una señal inequívoca de que la cultura musical Salvadoreña, va por excelente camino!
Sold out
El rótulo de “No hay más localidades”, de parte de Promúsica, productores, se colgó al mediodía, y nada más que hacer, el lleno completo nos ha afortunadamente acompañado desde las dos funciones en un mismo día en el Teatro Nacional en el 2019, pero no somos nosotros, son las canciones …
Canciones que han cambiado y salvado vidas (“3/4 de Nada”, “Algo”, “Suena como Mozart”)las de romance y lamento (“Como quisiera …”, “Mi Bestia Interior”, “Indispensable”) y las irreverentes típicas (“Me llega más tu mamá”, “Dormir con usted”) en fin …
Con una orquesta de base, una banda de apoyo, coristas de primer nivel, con Gerardo y yo al frente, y cada voz que cantó cada canción ….
Y así seguirá adelante, este dueto del compositor sin vox y la voz sin composiciones, vendrán otros conciertos, siempre buscando la magia, nuevas canciones y el cariño y aprecio de siempre, por la poesía, la melodía perfecta, para buscar la conjunción entre músico y oyente …
… igual que otras tantas veces
Fue sencillamente hermoso, una vez más …
… decimos gracias, y nos quedamos cortos.
Cambian nuestros gobiernos cambian, y que poco cambia nuestro país.
Dizque cambian los sistemas económicos cambian, y que poco cambia nuestro bolsillo.
Porque somos, hemos sido y seguiremos siendo malinchistas desde el momento que Cristóbal Colón hincó rodilla en tierra americana y empezó a cambiar oro por espejitos, hasta el día de hoy que quienes nos cambian oro por plástico, son las grandes transnacionales financieras mundiales, todas con sus filiales en El Salvador, a menos cabo de los dos últimos bancos (aun salvadoreños) que respiran en medio de esa vorágine.
Tengo un gato que asumo como amigo, medio loco,
maullando en mi tejado.