Usted sabe que a nuestro zoológico, a duras penas le quedan leones, rotarios llegan de visita cada dos por tres algún domingo, pero leones, un par y mal alimentados … ahora bien
Pasé la tarde trabajando; no fue un capricho de momento, ni lo hice para divertirme. Trabajar no es mi hobby …
En las cantinas de los alrededores del Parque Centenario, donde leyendas se cuentan y renuevan, transformándose en mitos, aun se cuenta la historia de Forúnculo Rivas.
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Ánimo muchachos – voceó el Ing. Redondo – siento oxígeno, percibo una entrada de aire, no debemos estar lejos.
El problema de los salvadoreños es que pasamos mucho tiempo ocupados haciendo nada, pero tratando de hacer creer a los otros de que estamos extremadamente atareados.
Don Nispero Vestales venía cabalgando al trote lento con su caballo viejo, se moría la tarde, venía de ver su terrenito (cuatro manzanas de granos básicos, pero si la sequía no lo jodía mucho daba para vivir).
Ahhhhh malpensados ! Mentes cochambrosas, ustedes creían que esto se iba a tratar de que alguien se dedicaba a impúdicamente a poner sus dedos sobre ciertas representantes del sexo femenino de muy buen ver ?
Una nueva entrega de aforismos del profesor Isidro Cañenguez, ha llegado a mis manos, el Profe (el bueno, no el otro) que me enseñó Filosofía e Historia en Bachillerato, ha publicado otros posts en este blog y nos aconsejaba sobre la vida en los entretiempos de los partidos de fútbol, me hizo llegar sus manuscritos.
Algunos, muy interesantes, todos, aplicados a sobrevivir en estos convulsionados días en que los políticos nos meten – una vez más – la mano en la bolsa:
Se apellidan Batres, Perdomo, Portillo. Gallo, Velásquez, Ruiz, Robles, Ramirez, Bonilla … y varios otros que se han encargado, y se encargan, a lo largo de los tiempos, de devolvernos la felicidad, la alegría, la ilusión a los salvadoreños.