Vamos a escribir hoy sobre los servicios sanitarios … que tontería me va a decir usted, pero ojo, teniendo en cuenta que pasamos en el susodicho recinto más tiempo de nuestra vida que comiendo o trabajando (si no me lo creen pregúntenle a un diputado, pregunten… ya van a ver) … no necesariamente porque excreten mucho sino porque trabajan poco.
He sido abandonado, desechado, cortado, mandado a la m … con todo éxito, después de años de matrimonio, de penurias económicas, ella se fue con el fulano que le pagó la liposucción y ya! No hay vuelta que darle. ... kaput!
Querido hijo:
Te escribo estas letras para que sepas que estoy vivo, es una manera de decir, si lees mi necrológica antes de esta carta, haga caso omiso de esta notificación.
Desde un inicio, las tarjetas de crédito ..(si !! ese instrumento de tortura), no se fabricaban en plástico … podían ser tokens, monedas de metal con sellos de quien expedía la tarjeta, fibra, papel, hasta que aparecieron las primeras “tarjetas de crédito de plástico” que damos por entendido, es el verdadero nacimiento de este elemento de destrucción de la economía doméstica salvadoreña.
Tal vez la mejor frase para definirlo, la encontré en un “Two and a half men” en boca del personaje de Charlie Sheen … “es como tirarse en paracaídas, no lo pensés, da un paso y saltá al vacío …claro siempre corrés el riesgo de reventarte contra el suelo ….”
Hay personajes, que trascienden la nacionalidad y se vuelven universales, Mafalda no es solamente argentina, Condorito no es solamente chileno, Pepito es tan español como propiedad de los iberoamericanos … Chespirito (el Shakespeare chiquito) trascendió fronteras mexicanas para ser universal.
No podíamos dejar pasar la ocasión que nos brindaba tan elevado e inusual festejo de los 100 años del debut de Tarzán en el cine, para acercarnos a 'Tarzan of the Apes' (1918), filme dirigido por Scott Sidney. Su protagonista fue Elmo Lincoln, en la piel del hombre criado entre monos en el corazón de la selva africana …
Hubo una época, en que las muchachas románticas soñaban con casarse con un príncipe y los hombres inteligentes soñaban con llegar a ser reyes.
Porque somos, hemos sido y seguiremos siendo malinchistas desde el momento que Cristóbal Colón hincó rodilla en tierra americana y empezó a cambiar oro por espejitos, hasta el día de hoy que quienes nos cambian oro por plástico, son las grandes transnacionales financieras mundiales, todas con sus filiales en El Salvador, a menos cabo de los dos últimos bancos (aun salvadoreños) que respiran en medio de esa vorágine.
Y la controversia va más allá del hecho que separadamente, dos inventores hayan presentado independientemente en las oficinas de patentes de los USA, el mismo invento (el teléfono) a la misma hora con distintos husos horarios, abarca toda la rumorología (para que vean que no solo en El Salvador somos adictos al chambre) que acarrea el suceso.