Esta es la carta desesperada de amor de un Doctor, que por estar en primera línea, casi no ha tenido día libre por la emergencia del virus, para poder visitar a su amada, una enfermera (María Cetamol Carías) de otro hospital a 250 kilómetros de distancia …él se llama Dr. Hipócrates Tadeo Juro, pero firma como Dr. Hipócrates T. Juro.
Para Cetamol:
No sabe cuanto la echo de menos, he marcado su número, pero parece que usted padece de inmunidad celular, no contesta su smartphone, y yo necesito de sus células, madre de todas las bellezas, sin usted convulsiono, caigo en espasmos, escalofríos, entro en shock.
Tanto tiempo en el Citado Nosocomio, que antes de dormir un par de horas, en lugar de cenar, me inyecto yo solo el bote de suero. María Cetamol …se acuerda de mí o padece de amnesia? Algún coágulo sanguíneo entorpece mi camino hacia su corazón?
No sabe el edema que me causa allá en los tejidos del sur, en las glándulas seminales, se me alborotan las Glándulas de Cowper de solo pensarla, y eso que usted solo ha provocado anticuerpos ante mis avances amorosos, me reacciona con intolerancia y rechazo, usted me repele como un antimicótico (Uy! Éste estuvo fuerte), no quiere conocer mi diagnóstico, ni posar su estetoscopio sobre mi cuchamper para oír sus latidos.

Sé que usted ha oído hablar de mi romance con Remedios, aquella anestesista del Zacamil, fue una Emergencia, un CPR fortuito pero necesario, un Bypass de urgencia, pero ella me sedó según mis cálculos biliares, y exprimió mi glande hasta dejarlo más glande y sin un mm de líquido seminal.
Además María Cetamol, usted es esbelta, delgada, fina, más fina y flexible que un catéter y Remedios es más bien como una bomba de cobalto, bastante obesa, tanto así que cuando necesitamos llevarla a una Emergencia, la Ambulancia tiene que hacer dos viajes, en uno solo no cabe ...
María Cetamol, está usted inmunizada? Ya se puso la segunda dosis? Pfizer, Sinovac o Astra Zéneca? Digo porque en ese caso, el intercambio de fluídos entre nosotros sería A! 1 positivo, bien positivo ¡!
Le envié una carta escrita a mano, entendió mi letra? En ella le propongo que en su día libre, venga a mi Dr. House, podemos ver la Maratón de “Greys Anatomy”, o al “Doctor Cándido Pérez, médico de señoras”, que es más divertido.
Yo no soy ningún obstetra! Solo quiero provocarle un par de calambres musculares espasmódicos, que requieran al final un desfibrilador, por el aumento del ritmo cardíaco que provocan dejarla en estado de shock después de mi terapia amorosa.

Usted, hágamelo con la mano, digo, la toma de pulso, libere su estrógeno y fundámonos en una Hipertensión conjunta, en un vértigo, besémonos sin mascarilla hasta llegar a convulsionar simultáneamente, y que nos lleve consecuentemente, a la liberación de endorfinas ….
… y no se preocupe por las consecuencias, en mi casa tengo el DUI, digo el DIU!
… para que piense menos en que vaya a pasar algo de más …
Ginecológicamente suyo
Dr. Hipócrates T. Juro

El concepto de nombrar huracanes con nombres de personas, surge a mediados de los 50´s, era una manera de tratar de explicar lo inexplicable a la población, o sea que llegaba un visitante con malas intenciones al vecindario, éste se llamaba “x” y había que estar pendiente.
En una época como la Navidad, cuando se supone que tenemos que ser todos buenos y felices, vivir en armonía y hasta besarnos bajo el muérdago, comiencen a aflorar nuestros crueles, repugnantes y más bajos instintos: si … nos dedicamos a fantasear con la mujer del vecino y todo eso, pero es normal … no pasa de ahí: La maldad del Grinch está en la lotería.

Nuestras mujeres son bellísimas, divinas, con un don de astucia que una de dos, con el tiempo se va agudizando o nosotros los hombres, nos vamos “alelando”.