Tengo, un grave problema, hablo dormido … cuando al cumplir 10 años de matrimonio, decidí serle infiel a mi mujer, traté de organizar cada detalle … pero que pasaba si dormido pronunciaba el nombre de mi amante y no el de mi mujer en sueños ?
Estudios avanzados de estupidología nacional (Ciencia que no existe, pero debería) han notado un incremento sustancial de casos de contagio al cotejar el año 1965 con los de medio siglo después
Cualquier parecido al pánico es pura coincidencia, vivimos (los varones) desde que nacemos en un conteo regresivo hasta los 40 … y a los 40 …
Ya habíamos tratado en “El lado pérfido de Caperucita Roja” http://www.danielrucks.com/index.php/9-maneras/363-el-lado-perfido-de-caperucita-roja las conclusiones del seminario “Sociedad y cuentos de hadas” de la Universidad de Princeton.
1963. Mi inicio como detective, no hacía más de diez días que había abierto oficina, cuando una rara señora de color verde, se convirtió en mi primera cliente:
El Sr. Fulano De Tal regresó de su viaje por Europa y abrazó fuerte muy fuerte a su mujer (la Sra. De Tal) de hecho, la había extrañado muchísimo…
A mí que no me den garabato, me enteré que viene a El Salvador, cual que hacer un show para una compañía de teléfonos ! Esa es la pantalla … viene a buscarme !
Resulta que Alicia, persiguiendo al conejo, cae en un enorme pozo, un pozo, sin fin, no era un pozo mágico no .. era un bache de los que tiene la Santa Eduviges y todo Soya … bah todo el país , y cayó en un charco si … pero no era el charco de sus lágrimas, era el Acelhuate, un hilito de agua contaminada, y no habían conejos con relojes corriendo de un lado a otro, habían chuchos flacos, sin dueño y sin collar … Alicia había caído, no en el País de las Maravillas, sino en el Reino de Valetodo.
Ojos postizos, rojizos, ojerizos, con el alcohol y el humo fronterizos, lentes de contacto debajo de esos falsos rizos, nada queda de lo que Dios hizo, ayer color mestizo, hoy rubia cenizo, quien es el autor intelectual de semejante crimen?… hay que denunciar a quien lo hizo.
Harto, yo que nada tuve nunca
Y sin embargo pretendo tenerlo todo siempre
parece que perdí algo