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-De postre tenemos sorbete, pastel de queso, tres leches y tutti frutti  - le dice a uno el mesero, pida uno postre o no, en un restaurante.

 

El llamado tutti fruti se destaca por tener gusto a fruta aunque nunca sabemos de cuál fruta se trata. Puede tener naranja, pera, manzana, nísperos, sandía semi podrida y piña, mezcladas a lo que salga.

 Y lo que sale, sale. Pero el concepto tutti fruti ya no es exclusivo de los postres, sino también de un quehacer político como el nuestro …

Un revoltijo político intercambia la sexualidad del mosquito y la foca, la de la rinoceronta y el burro, la de la comadreja y el gorila, y la del batracio y la ameba.  Hembra, macho, polisexual y hermafrodita; mamífero, herbívoro y omnívoro; terrestre, alado y acuático; o subterráneo. Y todo junto y entremezclado. La tendencia es impúdica: traicionar los adulterios a cama descubierta. 

Para que eso sea aceptado con naturalidad, la sociedad tiene que haberse convertido en un “popurrí” de deseos contradictorios y de libido mal canalizada, revueltas en el interior del sujeto político. En un mismo individuo hay impredecibles dosis de sustancias ideológicas que no cuajan. Hay puteadas a derecha e izquierda, al centro, hacia arriba y hacia abajo con fervor desorientado, dependiendo de quien logró hacerle llegar el cheque primero al funcionario “X” o al diputado “y”.

O por apurar a achacar el crimen o los crímenes del día a alguien: “no se descarta riña entre pandillas”, eterna muleta de justificar todo e investigar nada,  cuando la sangre del crimen aún no se ha secado. 

Veamos este tutti frutti …

De nuestros últimos tres gobernantes, uno está prófugo y los otros dos buscan desesperadamente un fuero político que los proteja de la guillotina de la contadera de costillas que tienen a dos centímetros del cuello, uno vía elecciones en la Asamblea Legislativa y el otro refugiado en el PARLACEN (que él mismo, sabiamente definió como “cueva de ladrones”).

Y cuando creíamos que el circo chocarrero y procaz se había terminado el 31 de mayo, ahora aparece el pleito Fiscalía – Fuerza Armada, a la típica medición de fuerzas, a ver “quien la tiene más grande”, comparezco .. sí, pero rodeado de mi “grupo de reacción”.

La FFAA tiene fugas, éstas fugas venden armas a las pandillas, las pandillas las usan para marcar sus territorios de narcomenudeo, quienes compran a estos mercados terminan siendo víctimas de las mismas armas, armas en mano extorsionan, palabras en mano los gobiernos nos mienten y hacen treguas …

En conclusión, en el plato de frutas, sigue mandando el ego del cocinero, que poco se preocupa por el estado del comensal, del desposeído, del que come casi nunca y casi siempre tampoco …

Y empieza la cacería de brujas del Ministerio de Hacienda, porque a todas estas bestias hay que darles de comer … no postres con fruta podrida, sino exquisitos manjares, y eso requiere dinero que ponemos nosotros …

El proletariado insatisfecho, el urbano impaciente, el republicano onanista, el ético penitente, el tradicional atávico, el polígamo hipócrita y prepotente, el arrogante financiero, confluyen en esta mezcla de frutas. Que salga lo que salga. Nos guste o nos guste … ya se lo pedimos al mesero … 

Pero por el amor de Dios! Que no nos vuelva a salir el tutti fruti ni el sopón agrio de los últimos 15 años …

Y a El Salvador, compatriotas, o lo sacamos del hoyo entre todos, o nos hundimos con él.

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