Un encuentro contigo,
más que una aventura,
un encuentro casual ...
quizá una oportunidad de amar,
quizá te he amado en silencio,
o te he amado en mis sueños,
en esas noches de arrebato
Donde sin pensarte
Te he soñado y te hice mío.
He soñado con tu majestad,
He amado tu virilidad,
Tu expresión total de hombre
ha quedado impregnada en mí
Con todos tus desbordes,
Tus fuerzas, tus deseos,
Tu pasividad,
que se ha vuelto salvaje
junto a mí, recordando...
El detalle aquel de mi blusa
Que tiraste con ferocidad,
Tu salvaje don de hombre me tumba en la cama,
Me debilita ante ti,
Y no me permite pensar,
¡te dejo que me tomes!,
Me gusta que me atrapes,
Cómo cuando desgarraste mi ropa interior,
que era especialmente para ti.
Ese color perla, sobre mi blanca piel bronceada,
te hizo enloquecer,
exhalaste con un hilo en la boca
Y la pieza entre tus dientes,
la arrancaste sin parar
... ¡Padre Mío!... ¡Cuánto ame ése acto tuyo!
De arrebato, sin sosiego...
Cuando mi sostén miraste y en un acto quitaste
Para admirar el volumen de mi piel...
Todo lo que ocasionas en mi es orgásmico
Mi amado clavel de papel ligero...
He pecado tantas veces contigo,
he quedado sin salvación por desearte
he devorado completa tu piel,
he tocado tu amanecer de caprichoso adolescente
cuya virilidad mañanera sorprende...
eres inmenso, eres pleno, cuando me tomas, sereno...
Mi concupiscencia se desordena contigo
Llamamos sándwich a un sándwich por el cuarto conde de Sandwich? Sí. Fue él la primera persona a la que se le ocurrió la idea? No, para nada … pero para rescatar un dato: no lo inventaron los Chinos !
Desde niños nos explicaron que para saber si un perro es joven o viejo había que multiplicar su edad biológica por 7. Con los países, entonces, hay que dividir su edad entre 14 para saber su correspondencia humana.
Simón Bolívar, el caraqueño/americano que quiso hacer de la América nuestra un gran país … nuestro, escribía al General Pedro Briceño Méndez “para trabajar por la paz y la unidad en Venezuela, es importante proteger a los amigos sin ofender a los enemigos” … tal vez lo más parecido a un concepto de paz en nuestra América Latina, aunque la frase data de 1827, casi dos siglos atrás.