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3406612 CataElogo 59

Como un día cualquiera

me viste, te ví, me miraste

como un niño mira a su madre

después de una larga espera,

Fue impresionante tu altivez y cordura,

Pero estaba ahí en tu mirada,

aun con todas mis dudas,

esa tu mirada lúgubre,

sincera, sin prisa y obscena…

 

No pudiste negar el desvelo de mi piel

en tu escena silenciosa,

Armaste un arrebato de luna llena

en los montes de tu imaginación placentera

Fui en tu mente la amante perfecta,

Debo confesar que me quede en ti plena

Flamante y desnuda, como la luna llena

Que muestra todo su esplendor

y por guardar nada queda …

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Tomaste tú mi virginidad en tus brazos

Explayaste tu alma y pudiste curarte

de estar ya hecho pedazos.

Entre mis piernas y mis brazos

supiste armarte de amor,

revivir tu más bello furor,

renaciendo en mis aromas,

bebiéndote mi amor, mientras quedo yo…

bebiéndome tu ausencia.

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