No esquives tu hombría de mi ser
átame despacio a tu silueta,
apriétame con el calor de tus manos como brasas prendidas
Brasas que acarician como fuego ardiente
desatando por completo mi fuego
el fuego de mi pecho herido, que posee luego a mi vientre
tu calor me estremece y me empuja a desearte
como deseo tener tu vida en un instante previo
como suelen tenerlo esos fieros amantes …
Desearte, ¡Ah! vida mía, desearte es lo que más hago
aprisióname a este deseo o recórreme con tu hiel
Fina amargura que enlaza mi alma
como enlazas tú, mis piernas a tu cuerpo
tomando mi cintura como paral de viento,
vierte toda tu esencia en mí, quémame !
Arrastra a mi vientre a tenerte, sentirte
y amarme una vez más …
Hazlo ahora y después te vas
Se despertó muy rápido el sonido de una alarma la había sorprendido, estiró los brazos y un bostezo prolongado salió de su boca, con el brazo izquierdo estirado sintió algo duro a la par suya, palpó con la mano hasta tocarlo de nuevo, se dio vuelta y dijo:

“Se impuso a los clubes la obligación de tener centros de rendimiento: profesores de fútbol, entrenadores juveniles y mejores condiciones, y el que no las tenía, no obtenía la licencia ni en Primera ni en Segunda División”. ( Jürgen Klopp, ex entrenador Borussia Dortmund).

La leyenda del rey Arturo, un rey guerrero del siglo V que supuestamente dirigió la lucha contra los invasores sajones, sigue fascinando hoy en día. Pero ,,, cuánta verdad hay en las leyendas del "antiguo y futuro rey"?