No esquives tu hombría de mi ser
átame despacio a tu silueta,
apriétame con el calor de tus manos como brasas prendidas
Brasas que acarician como fuego ardiente
desatando por completo mi fuego
el fuego de mi pecho herido, que posee luego a mi vientre
tu calor me estremece y me empuja a desearte
como deseo tener tu vida en un instante previo
como suelen tenerlo esos fieros amantes …
Desearte, ¡Ah! vida mía, desearte es lo que más hago
aprisióname a este deseo o recórreme con tu hiel
Fina amargura que enlaza mi alma
como enlazas tú, mis piernas a tu cuerpo
tomando mi cintura como paral de viento,
vierte toda tu esencia en mí, quémame !
Arrastra a mi vientre a tenerte, sentirte
y amarme una vez más …
Hazlo ahora y después te vas
Aquello de que el cielo es el límite .... no corre para las mujeres. Suelen escucharse, opiniones de misóginos de pasillo, especialistas en nada fracasados en todo, restando importancia a la presencia femenina en el espacio … nunca han estado tan equivocados.
Y entre intentos y espantos, este acto plenamente anti británico, alentado por los estadounidenses enardecidos después de años de Guerra de Secesión, hubiera creado el país más grande del mundo.
