Ya son las 5:50
no te apartes de mí
Endúlzame los oídos,
Es mi hora de entregarme a ti
Porque, aunque estás ajeno, cada vez más
Puedo tomarte por un poco
y otro poco más ….
No necesitas amarme lo sabes muy bien
El amor es a veces alarde,
pero no esta vez,
tómame así despacito, pero de una vez
dentro del rinconcito …
Oscuro motel
átame con los ojos cerrados
recórreme fiel,
muérdeme despacio y apresurado
abraza con tus dedos mi tibia piel
rózame con tu aliento,
quita mi insaciable sed,
éste hirviente deseo
desencadena mi ser…
no te apartes de mí.
Ya son las 5:50
Es mi hora de entregarme
a ti ….

Éramos de los más cuadrúpedos y felices, homínidos de cuarta categoría que nos apareábamos una vez al año para efectos de procreación … nada más!

Se llamaba Sebastián, Nicolás y Pedro y eran trillizos por unanimidad, era prácticamente imposible diferenciar el uno del otro.
No, no es que me haya equivocado de refrán, es simple, triste y contundente, en nuestro país el que a hierro mata… cuchillo de palo.