Ya son las 5:50
no te apartes de mí
Endúlzame los oídos,
Es mi hora de entregarme a ti
Porque, aunque estás ajeno, cada vez más
Puedo tomarte por un poco
y otro poco más ….
No necesitas amarme lo sabes muy bien
El amor es a veces alarde,
pero no esta vez,
tómame así despacito, pero de una vez
dentro del rinconcito …
Oscuro motel
átame con los ojos cerrados
recórreme fiel,
muérdeme despacio y apresurado
abraza con tus dedos mi tibia piel
rózame con tu aliento,
quita mi insaciable sed,
éste hirviente deseo
desencadena mi ser…
no te apartes de mí.
Ya son las 5:50
Es mi hora de entregarme
a ti ….

Un día de estos, hace años ya, unos cuantos a decir verdad, estando con toda la familia en misa, esas misas para niños que ponen a los chiquitos adelante y el sacerdote que no se las quiere tirar de el “Steve Jobs de la teología” habla en lenguaje coloquial, Monseñor Delgado (que lo maneja muy bien) trataba de explicar a los niños las diferencias entre el cielo y el infierno, el bien y el mal, entre “arriba y abajo”, empezó a preguntar a los niños si preferían ir “arriba o abajo”.

La muerte es la mayor tragedia de la vida, pero de la que ninguno de nosotros puede escapar. De hecho, algunas personas a lo largo de la historia han muerto de maneras realmente extrañas, algunas de las cuales pueden etiquetarse como ridículas …
Querida Amparo del Recurso: