logo

9e2ac20863f3b027713d3fbf8dbd437e

No necesito recorrer largas distancias

nadar contra corrientes espantosas,

o hacer vuelos de carácter imposible,

tampoco debo escalar montañas enormes, 

para alcanzar la sensación perfecta,

a la que llego al sentirte en mi.

 

Solo necesito pensarte un poco, 

atraparte con mis ansiosas manos,

enredándote en caricias únicas

que te hagan sentir más allá 

de este mundo, como fue ayer.

 

Cierro mis ojos para sentirte

así totalmente vivo, pleno, pasional

llevándote mis besos, robándome la piel,

arrebatadamente entregado al placer,

donde sabes llegar, quedarte y no borrarte

por el derroche de vida que dejas en mí.

 

Cierro mis ojos para sentirte

para tenerte en la madrugada ideal,

donde la humedad de nuestros cuerpos

se entienden , y encienden ese fuego

que va por dentro quemándome, 

quemándote, con intensidad propia.

 

Así quemas por dentro, 

así vives en mí, más allá del recuerdo

más allá de la ausencia, 

así quemas siendo sol, mi sol, en

las frías horas que pasan lento,

donde me lleno de ti

y  cierro mis ojos para pensar en ti.

Otros Posts

Sexo tóxico

-         r MARRIAGE ARGUMENTS FIGHTS COUPLES large570

Sabés por qué ? – lo encaró Amalia – sabés porque no vamos a hacer el amor ? Porque no me ayudaste a lavar los platos … y me lo prometiste.

La oscura historia de Christopher Robin y Winnie the Pooh

160203214545 winnie the pooh 1 640x360 alamy nocredit

La verdadera historia detrás de Winnie the Pooh, uno de los personajes más queridos de la historia de la literatura infantil, cobra vida en el hecho de afirmar que Christopher Robin, en efecto existió, que tuvo una infancia compleja en tiempos de guerra, que creó su mundo imaginario, y que su padre, famoso escritor, fue quien sacó usufructo de ello.

Perdí mi doncellez en las redes (Parte 1)

Redes sociales leyes610

He perdido mi virginidad cibernética, parece que fue ayer cuando, en un afán de hacer nuevos amigos y descubrir eso de las nuevas tecnologías, solté mi primera frase en una red:

© Daniel Rucks 2025