Y a veces apareces en el sueño incierto
como fantasía perdida en las caricias
atrapadas en las manecillas del reloj
de nuestro tiempo, que perdió en su
paso de horas y minutos,
la fuerza de una entrega
y ahí vamos ahogando
ansias, deseos y esperas.
que se resumieron en un mar de nada
donde nada es tan real como
aquellos besos matutinos, escondidos
que nos provocaron darnos un poco más,
a veces solo a veces , así te deseo,
a veces de forma imprudente aparece
una señal lejana
que aparenta ser un reflejo que aun
en medio de los desencuentros
donde la vida nos llevó,
algo de mi alcanzas a sentir,
en el silencio, en la soledad en el vacío
donde tal vez evitas llegar, así como yo
como algo de ti yo aprendí a extrañar
A veces, solo a veces sucede
que tus deseos y mis deseos
no logran ponerse de acuerdo
para en medio de la madrugada
poderte decir, aun en contra del presente
sigues siendo mi deseo pendiente.
Es el día de la Patria y enhorabuena, ciento noventa y ocho años de Independencia no se celebran así nomás, desde el campanazo premonitorio de José Matías Delgado diez años antes de la firma del acta de emancipación, campanazo que por cierto no sabemos a ciencia cierta si fue en La Merced, si fue en El Rosario, si fue en El Calvario, si fue Matías Delgado, es más ni siquiera sabemos si realmente fue, pero lo celebramos (antes celebrábamos más el 5 de noviembre), y colocamos nuestra Independencia en el marco de exaltación general.
Recuerdo ese día era el que más esperaba con ansias una alegría me embargaba todo el cuerpo, era un adiós a las tareas, exámenes y demás compromisos que como estudiante era la única responsabilidad que tenía, en fin tres largos meses para descansar, haraganear, jugar.
Así reza el segundo mandamiento, sin embargo …