En el frigorífico donde se congelan
los amores que fueron y dejan de ser
se enfría el nuestro
tan noble
tan leal
tan imperfecto …
Y caemos en el mismo complot de falsedades
de trastocar en mi realidad
nuestras realidades
y ninguno de los dos tiene razón
pero se castiga al corazón
tan rompible
tan frágil
tan voluble
tan quebrable …
Ya basta de alfalfa
palabras inventadas
ya basta de mentiras
procesión que lastima …
Las mismas falacias
frases altisonantes
pierdo mi vida en cuatro versos
y esto …
ya me lo hicieron antes.
Sé que vas a terminar matándome …
el puñal asesino del adiós
me roza la espalda
y lo peor
es que al voltearte hacia la puerta
no vas a poder leer
en cada gota de mi sangre derramada
que siempre te amé
como merecías
ser
amada
Creo que las noches frías traen consigo caricias de melancolía, que el masoquismo es una prueba de amor sincero, que no hay propuestas decentes en una mirada indecorosa, que el olvido es una excusa que no existe. Creo en el dialecto de las miradas, en los poetas sin musas, en los “para siempre” aunque siempre terminen. Creo que las manos tienen su lenguaje en las caricias, que la luz roja del semáforo está diseñada exclusivamente para besar a la persona que amamos, que no hay abrazo de despedida que no se lleven un poquito de uno.