Hay un lugar donde nunca, donde nunca fui, donde siempre estoy, donde sueño llegar pero nunca voy …
Hay un lugar donde soy nadie, y este alguien tiene unas terribles ganas de dejar de ser nadie, nadie de quien dependa alguno, alguno de los que nunca alcanzan a ser alguien, ser una isla, una roca, una señal de alto, un mojón de kilometraje, un doble cero a la izquierda, un ente independiente, desechable …
Hay una posibilidad, una entre mil…siendo optimista, de que mis pasos caminen esa pista, senda, atraviesen esa montaña, crucen esa selva, que habrá de llevarme hasta ese lugar donde nunca … pero siempre pasa lo que no quiero, y cuando se requiere desesperadamente el sol siempre llueve, siempre sucede eso que no querés, y te inunda el temor de lo que tanto temés …
Y le temo a tus rechazos, a tus malos humores, a tus siempre “noes”, a tu espalda cada madrugada, a tanta realidad repleta de nada, a tantas noches desperdiciadas, a una incertidumbre que crece y un sentimiento que se desvanece, por olvido o más bien por la indiferencia, porque mi presencia no derriba tus barreras.
Y yo me muero de ganas de decirte que estás linda … que he pasado la noche en vela esperando este efímero instante, pero sé que no significa nada para ti, el saber todo lo que tu significas para mi …
Hay un lugar donde nunca …
donde nunca estuve, habiendo estado
donde nunca fui ….habiendo sido
donde nunca alcanzo … a pesar del esfuerzo
donde nunca debimos separarnos …
y ese es tu cuerpo.
Oh frondosa espesura de placer! Prólogo a las máximas sensaciones posibles, palpables, plausibles, profundas, predecibles pero nunca repetibles….
Hay alguien en este país, en este dizque agujero de … (según Trump, claro está) qué no sea haragán, perezoso, holgazán?
Hay una verdad irrefutable: la droga tiene un poder destructivo feroz. Es una bomba de fragmentación en el corazón de cualquier país. Es el peor veneno que puede circular por las venas abiertas de una sociedad.